DON QUIXOTE FALA EN VERSU

lunes, 5 de agosto de 2013

HOY OS RECOMIENDO...

PALACIO DEL DESEO
de Naguib Mahfuz.

Es ésta la segunda parte de la Trilogía, que ya iniciamos con Entre dos palacios.
Aquí el autor se centra en la segunda generación de la familia Abd el-Gawwad, la de sus hijos: Yasín y Kamal, y sus hijas ya casadas: Jadiga y Aisha. Abarca el período de 1924 a 1927. Han pasado cinco años desde el desafortunado desenlace de la primera parte, que ha marcado la vida de esta familia y ha trastocado el dulce discurrir de la doble vida del señor Ahmad Abd el-Gawwad. Durante este tiempo Jadiga y Aisha han visto aumentar sus propias familias, Yasín ha continuado con su vida disoluta y Kamal ha crecido y es ya todo un bachiller dispuesto a iniciar sus estudios universitarios.

Ed. Alcor.
Colección Las Otras Culturas.
326 p.
Con este título el autor hace referencia al deseo desmedido por el que los miembros masculinos de la familia se ven arrastrados por la pasión que sienten hacia las mujeres y hacia la vida nocturna. Cada uno de ellos afronta esta debilidad teniendo en cuenta sus posiciones sociales y la forma de ser de cada uno.

El señor está obligado a guardar las apariencias y comportarse de acuerdo a su status social, aunque al comienzo del libro lo vemos casi sucumbido y dispuesto a todo por el deseo hacia una mujer. Mantiene perfectamente separadas su vida diurna, de religioso y recto padre de familia, comerciante y apreciado miembro de la sociedad, frente a una vida nocturna llena de amigos, mujeres y bebida, a la que no está dispuesto a renunciar pero que finalmente los achaques de su edad lo harán por él.

Su hijo Yasín, por el contrario, mantiene una actitud irreflexiva e impulsiva, poniendo en juego su trabajo y su reputación. Vive dilapidando su patrimonio y, de mujer en mujer, se deja arrastrar por el deseo sin ser capaz de encauzar su vida, a pesar de los sabios consejos de su padre:
“La vida se compone de luchas, envidias, sabiduría y belleza. Si ignoras alguno de estos elementos, perderás la oportunidad de comprender la existencia en su totalidad y la capacidad de influir en tu propia vida para mejorarla”.
Por último, Kamal despierta al mundo del deseo y del amor. Su visión soñadora e idealizada viene de la mano de su primer fracaso amoroso de manos de Aida, la hermana de su mejor amigo. Para Kamal ésta será la época del amor sincero pero también será la época de las dudas: sobre el mismo amor, la religión, la vida política de su país… y de la búsqueda infatigable de la verdad.

Mahfuz entreteje las  pasiones de estos tres hombres hasta el punto de colocarlos en situaciones límites, en muchas ocasiones enfrentados unos a otros. Pero, a pesar de todo ello, todos los miembros de la familia Abd el-Gawwad, mantendrán indestructibles sus lazos familiares.

Esta segunda parte, a pesar de que el autor no abandona las minuciosas descripciones, tanto de los escenarios como de los personajes, es mucho más ágil que la primera, pues hay muchas más partes dialogadas.

"La historia está llena de gente que fue a la cárcel o quemada en la hoguera por proclamar sus ideas. La sociedad siempre se ha defendido a sí misma."

(El Cairo, 1911-2006)

Tras licenciarse en Filosofía por la Universidad de El Cairo, comenzó una carrera como funcionario que duraría toda su vida. Trabajó en el Ministerio de Asuntos Religiosos, al tiempo en que colaboraba en diversos periódicos y comenzaba a escribir. Más tarde trabajó en el Ministerio de Cultura, en el Ministerio de Dotaciones y Desamortización, fue director de censura en la Oficina de Arte, director de la Fundación para el apoyo al Cine y asesor del Ministerio de Cultura hasta su jubilación.

Naguib Mahfuz ha sido el único escritor en lengua árabe galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1988 y está considerado por la crítica el mayor cronista del Egipto actual y uno de los escritores árabes más innovadores.
Pero sobre todo,  fue  un escritor comprometido, pues a lo largo de su vida ha sido un defensor acérrimo de la libertad de expresión, los valores universales y la convivencia entre las culturas musulmana y cristiana. De ahí que, por sus ideas laicistas, fuese incluido en las listas negras de varios países árabes y víctima de varios atentados. De hecho en 1994, las puñaladas de un integrista le causaron graves daños en la visión y la audición, así como la parálisis del brazo derecho.
Los achaques y las amenazas de los fundamentalistas le mantuvieron desde entonces prácticamente recluido en su hogar, con salidas esporádicas y controladas por la policía hasta su muerte el 30 de agosto de 2006.

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